sábado, 3 de diciembre de 2016

En internado 4

y parecía que Matías tenía las mismas ganas, porque sin vacilar demasiado, introdujo su mano bajo mi slip por el lado, y empezó a acariciar mis huevos y mi polla, que se estaba poniendo dura como el acero. De tanto que había deseado ese momento, fuí incapaz de contener los gemidos que brotaban de mi boca, suspiraba de placer al sentir el aliento de su boca junto a mi oreja, el sonido de sus jadeos suavecitos, ... y entre gemidos, jadeos y suspiros, apartó hacía un lado mi tanga y dejó salir mi cipote en libertad.

EL INTERNADO (4)
Julio Enverga a Matías

JULIO: ¡Joder, tío! .
Me encanta como cuentas las vivencias con todo lujo de detalles.
Mira, como nos has puesto otra vez la polla, empalmadas a tope cabrón .
¡Uffff!
ALBERTO: A mi me va a rebentar la verga del calentón, joder .
se me ha puesto el capullo baboso de pre-cum, mientras te estaba escuchando .
¿Y después de esa vez, has follado mas con tu hermano?
NIKO: No, solo esa vez que os he contado.
Al día siguiente mi hermano regresó a la academia militar, .
esto fué el sábado y el lunes ya estaba aqui con mi padre.
Tengo que llamarle y hablar con él, haber que le dijo mi padre a solas, .
no quiero malos royos con Luis.

CARLOS: Pues colega, ha sido bestial, buenísimo .
Wow .
Si quieres puedes contar alguna follada mas, .
como la del socio de tu padre, .
o la del tío que te seguía .
o otra que te apetezca.

NIKO: Por mi no hay problema, si quereís os cuento otra, pero me gustaría que fuera un toma y daca, y que uno de vosotros contara una de sus folladas.
Por ejemplo, .
me encantaría que tu Julio, contaras una de tus buenas folladas.

CARLOS: Si, .
venga colega, que todavía no nos has contado lo que hiciste el fin de semana en casa de tu amiguito Matias.
Dijistes que te habías hinchado de follar, pero no contastes nada mas, y sabes, que nos encanta escuchar los detalles mas morbosos y calientes de la historia.

JULIO: Vale, .
valeeee.
Os lo contaré, y después, .
te diré Niko la prueba, .
el reto que tienes que superar para el grupo.
Bien, .
la follada del sábado, fué como otras tantas con Matías, no tiene mayor relevancia, .
pero aúnque vosotros dos la sabeís, me gustaría contarle a nuestro nuevo amigo, como comenzó la primera vez .

Matías y yo, nos conocemos desde niños, su casa y la mia están en la misma calle, así que somos vecinos.
Además, su padre y el mío son abogados, y trabajan en el mismo bufete.
Así que se puede decir, que es mi mejor amigo y mi confidente.
Ahora a mis 17 años, tengo bastante claro que me gusta en el sexo, pollas, culos, coños, .
pero es que a los 12 años era igual, siempre he sido un chaval muy calentorro, siempre buscando el morbo, y muy provocativo.
Cuando tube mi primera experiencia sexual, Matías fué el primero a quién se lo conté, había sido un trio con un chico y una chica, y no me dió verguenza contarle que le había chupado la polla al tío, y que me lo había follado después por el culo.
Es mas, le gustó cantidad escucharme como se lo contaba, .
y según me dijo con el tiempo, le había empalmado del tirón toda la polla, al imaginarme follando.

Matías, es mayor que yo un año y medio, y ahora tiene 19 años recien cumplidos, .
es un morenazo guapísimo, con unos labios gruesos, ojos grandes, pelo negro rizado, cuerpo bien formado y musculos pero sin exagerar.
Un culazo bien redondeado, y una polla larga como una manguera, la cual, se le marcaba mogollón cuando se ponía el bañador en la piscina, y era todo un placer verle el paquetón bien marcado.
Mi mejor amigo, siempre sospechó que a mi me gustaba él, pero jamás intenté nunca nada por respeto, y por no perder su amistad.

Ese día, .
hará cuestión de tres meses, justo en la primera semana de Agosto, .
me llamó mientras volvía en el autobus del centro, para que fuera a su casa y nos diéramos un baño en la piscina.

JULIO: Que pasa colega, .
cuando me has llamado estaba fuera de cas y no traigo bañador.

MATÍAS: No pasa nada tío, ahora te dejo uno de los míos, sabes que tengo un montón de bañadores y puedes utilizarlos sin problemas, ya que tenemos la misma talla.

Mi amigo, estaba casi desnudo cuando me recibió, solo llevaba puestas unas bermudas cortas de color naranja, y mientras me decía eso, me indicó que entrara en su dormitorío y que mirara en el último cajón de la cómoda.
Sin decir nada mas, se dirigió hacía las tumbonas que se encontraban sobre el césped, al lado de la piscina, yo le seguí con la mirada hasta que llegó a ellas, viendo como se quitaba las bermudas y se tumbaba en una de ellas.
Comprobé que lo que llevaba debajo de las bermudas era bañador tipo tamga, .
se había puesto el muy cabrón un tanga, .
¡Colegas! .
para calentarme mas el cipote, .
y como la distancia entre él y yo, no era mucha, pude ver, que al girarse para colocar bien la toalla sobre la tumbona, dejaba al descubierto unas nalgas redondas, duras y bronceadas por el sol.

Sentí por todo el cuerpo, una sensación de calentura brutal, un deseo sexual como nunca antes había sentido, .
es que Matías era mi puta debilidad, mi punto debil, él tío al que siempre he deseado follarme, y nunca me he atrevido.
Rebusqué en el cajón que me dijo, buscando uno de los bañadores, mi sorpresa fué al ver que todos los bañadores que había en el cajón, eran tangas similares al que llevaba Matías .
¿Pero, cuando se ha comprado todos estos tangas el cabrón? .
Si él, siempre se ha bañado con pantalón corto, no lo entendía, pero por otra parte era morboso, y me daba la oportunidad de verle el culazo desnudo.
Los había negros, rojos, blancos, de colores, pero todos de la misma hechura del que llevaba Matías, bastante pequeños y con una tira para metertela por el culo.
Elegí uno de color blanco y me lo puse, notaba como la tira trasera se introducía entre mis cachetes, y me acariciaba la raja del culo.

Al escoger el bañador, no me había dado cuenta que era demasiado pequeño por delante, y mi polla, que se estaba endureciendo por momentos, se marcaba de una forma indecente y obscena, luchando por salirse del slip por su parte superior.
No podía salir a la piscina con esa empalmada de polla, con ese paquetón marcado, .
y no sabía qué hacer.

MATÍAS: ¿Te has puesto el bañador ya, Julio? .
Acuerdate de coger la toalla que está encima de la cama, y vente ya para acá .
coño.

Recogí la toalla de baño, y me dirigí con la verga todavía morcillona, hacia donde se encontraban las tumbonas.
Extendí la toalla sobre la que se encontraba al lado de Matías, y me quedé de pie al lado de ella.
Mi amigo se me quedó mirando, ojeando todo mi cuerpo, fijándose sobre todo en el tanga blanco, que marcaba irremediablemente mi polla, y abultaba bastante la bragueta.

MATÏAS: ¡Joder, Julio! .
Te queda de maravilla el bañador .
Vamos al agua a refrescarnos.

JULIO: Vamos .
A ver quién llega primero al agua.

Nos lanzamos a la piscina desde el lado más profundo, y en varias brazadas llegamos hasta el borde donde estaba menos honda.
Matías y yo siempre hemos sido muy competitivos, en todo y no le hace mucha gracia perder, así que como siempre empezó a decir que él había ganado.
El agua nos llegaba a la altura del pecho, entonces comenzó a bromear agarrándome por la cintura para voltearme, y hacerme una ahogadilla.
Yo opuse resistencia, y me agarré a uno de sus brazos impidiendo que me tirase, mientras procuraba mantener mis pies firmes en el suelo de la piscina para hacer mayor fuerza.
Matías continuaba intentando sumergirme, y para hacer mayor fuerza se iba acercando más a mí, hasta que se colocó a mi espalda, y abrazando mi cuerpo con ambos brazos se pegó a ella como una lapa.
Sentí su verga entre mis nalgas desnudas, y empecé a mover mi cintura de derecha a izquierda, acariciando con mi culito su apetecible cipote.

Matías, sin dejar de hacer fuerza, fue bajando uno de sus brazos hasta llegar a mi paquete, al mismo tiempo que empezaba a pasar su mano por encima de mi bañador, mientras el otro me seguía agarrando por el pecho, fué como una invitación sin palabras a lo que tanto ansiaba, .
y yo moví mi culo hacia atrás para sentir su polla entre mis glúteos.
Quería que me tocase, quería que me magreara todo el paquete, quería sexo del bueno con él, .
y parecía que Matías tenía las mismas ganas, porque sin vacilar demasiado, introdujo su mano bajo mi slip por el lado, y empezó a acariciar mis huevos y mi polla, que se estaba poniendo dura como el acero.
De tanto que había deseado ese momento, fuí incapaz de contener los gemidos que brotaban de mi boca, suspiraba de placer al sentir el aliento de su boca junto a mi oreja, el sonido de sus jadeos suavecitos, .
y entre gemidos, jadeos y suspiros, apartó hacía un lado mi tanga y dejó salir mi cipote en libertad.

MATÍAS: Vamonos a las tumbonas, y no digas nada.

Salimos de la piscina por las escaleras, Matías iba algo más adelantado que yo, y se paró en los últimos escalones.
Al llegar a su altura, rodeó mi cintura con su brazo y acercando su cara a la mía me besó en los labios.
Estaba alucinando, me quedé sorprendido porque no lo esperaba, no me imaginaba que Matías, sintíera por mi lo que yo sentía por él, nunca lo habíamos hablado, y jamás percibí ninguna señal por parte de él, en ese sentido.
Un escalofrío recorrió mi espalda al tiempo que yo también rodeaba su cintura con mi brazo derecho, nos paramos un momento y nos besamos apasionadamente, batallándo con nuestras lenguas por explorar cada rincón de la boca del otro.

Después de largo rato besándonos, seguimos andando hasta llegar a la tumbona donde él se había tendido, y se sentó dejándome a mi de pie.
Su mano volvió a separar el bañador por el lado, de forma que mi polla bastante dura quedase al descubierto, .
y agarrándola con su mano empezó a pajearmela suavemente, con unos movimientos que subía mi excitación hasta unos límites de frenesí.
Yo puse mis manos en su nuca, indicándole lo que quería sin palabras, y empujé suavemente su cabeza hacia abajo.
No se hizo de rogar, él deseaba tanto chupármela como yo que me la chupase.

Primero la lamió con la lengua de arriba abajo, mientras con sus manos me separaba las piernas.
Cuando empezó a introducírsela en la boca, una de sus manos me sobaba el culo, y la otra me acariciaba los huevos.
Poco a poco, se fue tragando mi pollón por completo en su boca, al mismo tiempo que con sus dedos empezaba a jugar con mi ano, del que ya había apartado la tira trasera del tanga.
Como los dos estábamos húmedos de la piscina, no le fue difícil introducir uno de sus dedos por el boquete de mi culo

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